Hay domingos que son más importantes que otros, no porque grandes cambios se den, o memorables acontecimientos tengan lugar, simplemente porque son tan simples, tan normales, son días para poner las cosas en su lugar, para empezar a contar de cero, para volver, para dejar un mensaje o tener una buena conversación, tomar un buen café y planear cómo es que mañana, todo empezará a girar de nuevo.
Para dormir más de lo que se duerme en una semana normal y tomar la cuarta parte del café que se toma al día, para pensar que mañana, todo volverá a la normalidad, aunque la normalidad se base en un constante cambio e innovación, aunque la realidad mía sea diferente a otras y la realidad que quisiera estar viviendo se encuentre a 10,000 kilómetros, aún así, mañana será otro día, y eso siempre es interesante.
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