Ahora en mi actual condición más deshinibida que nunca, en cuanto a mi flujo cerebral aclaro, un acontecimiento sin precedentes y sin dirección futura me impulsa a la escritura de cosas absurdas.
miércoles, 19 de noviembre de 2014
¿Nadar o volar?
Nadar debe ser lo más parecido a volar.
Volar debe ser lo más parecido a entender el mundo,
que a su vez debe ser lo más parecido a entender la vida
y al entenderla, uno termina por entenderse a si mismo.
Así que cuando nado, vuelo y cuando vuelo entiendo y me entiendo.
Lástima que siempre debe el vuelo de concluir en aterrizaje,
y debe el nado llegar a la orilla.
Aunque aterrizar y llegar a la orilla debe ser lo más parecido a volver.
¿Y a quién no le gusta volver?
Volver a nadar, volver a volar, volver a entender.
Otras cosas que encuentro parecidas a volar son las mañanas frías,
el olor del pan y del café, las flores blancas, las gaviotas,
las nubes que cubren las estrellas y las carreteras,
porque todas esas cosas me hacen volver no sé muy bien de dónde,
y cuando sin saber muy bien por qué vuelvo, entonces entiendo.
http://www.youtube.com/watch?v=nzjOJfrgABc
Jorge Drexler - Bailar en la cueva.
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