Si pudiera cambiar algunas cosas en la vida para hacerlas funcionar, lo haría, o eso es lo que pensé durante muchos años, hasta que entonces, la vida misma me enseño que cada detalle en cada una de las situaciones es lo que las componen y que es inútil pretender imaginarlas de una manera diferente.
No estoy diciendo que los hechos ya estén escritos, pero sí me refiero a que tienes que ir a buscar lo que quieres, con los recursos y los factores que tienes.
¿A qué viene todo esto?
Sí, así fue como comencé a escribir ayer las cosas que por mi mente pasaban, una tras otra fueron cobrando vida sobre la hoja de papel, envueltas en la atmósfera que creaba el sonido del piano y las gotas de lluvia sobre la ventana.
Los ojos cansados, las manos frías, más de lo normal, pero el corazón, viviendo. Una espera que no sabe mucho de si misma, una pregunta retórica, una mente completamente ajena a la mía, incomprensible. Una moneda en el aire.
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