Y que uno se va dentro de 13 días pero que no hay nada listo mas que los planes y las emociones al límite, que uno se va y sabe que volverá a ver todo aquello que le maravilló hace tiempo, pero sabe a la vez que lo verá con otros ojos, que la vida le ha enseñado cosas nuevas desde entonces y que las noches se han encargado de traerle pensamientos diferentes con cada estación. Sabe también que se equivocó y sabe que por algo fue así, pero sobre todo sabe que aprendió de ello y que ahora que vuelva a estar allá, por segunda ocasión sabrá sonreír a cada uno de los rincones que de tantas maneras le vieron con el paso de los días. Sabe que vale la pena, sabe que quiere intentarlo y concentrar toda esa energía nerviosa que carga a diario para hacer algo digno de verse por otros saberes.
Pero por lo pronto uno sigue aquí, en esta casa que también le ha visto cambiar, con la mente en un lado, el corazón a medias en otro y el resto por ahí haciendo de las suyas entre tantas y tantas tonterías que a ha diario le dan unas ganas tremendas de reír. De cualquier manera afuera llueve, adentro hace calor y el fin de semana se sentirá mucho más largo de lo que nunca ha sido para dar paso a una semana de locura en la que uno deberá hacer el triple de cosas de las que pensaba, más los imprevistos.
Y por todo eso y más, uno sabe que la oportunidad perfecta sí se presenta de vez en cuando y que cuando uno menos lo espera le llega.
:)
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