viernes, 5 de agosto de 2011

día de pausa

Hay días en que el mundo se detiene frente a tus ojos, se re configura para dar paso a una construcción de la realidad completamente paralela a la que hasta hace un segundo era la conocida.

Y tú ahí, mirando atónito los nuevos acontecimientos, el rumbo de los demás cambia, los planes, los lugares, las cosas, como si a través de un cristal lo vieras, pensando sólo en lo doloroso que debe ser y experimentando pensamientos encontrados sobre cómo es que has estado tú actuando con tu propia vida, sobre pasará o no algo así en la tuya, sobre si se podría escribir o no, sobre la vida, simplemente cosas y parámetros sobre la vida, porque sobre la muerte no sabemos nada, no hasta que llegue y aprendamos de ella.

Mientras tanto, la vida se promete como una lección difícil, pero placentera y sobre todo disfrutable si es que uno lo quiere así. Escuché que alguien preguntaba a otra persona sobre cierta acción que tomaría en torno a una situación desagradable que no le correspondía afrontar del todo:

-Por qué harías eso por mi?
- Porque es lo que me gustaría que alguien más hiciera por mi

Y a decir verdad, no puedo sacarlo de mi mente, creo que en ello está la clave de vivir, hacer cosas por los demás sin esperar nada a cambio simplemente poniéndonos en su lugar y dejando de ser tan increíblemente egoístas.

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