Ahora en mi actual condición más deshinibida que nunca, en cuanto a mi flujo cerebral aclaro, un acontecimiento sin precedentes y sin dirección futura me impulsa a la escritura de cosas absurdas.
jueves, 9 de septiembre de 2010
sin más
Ayer me di cuenta de que me aterra pensar en hacer algo por el resto de mi vida. Pensé que eso sólo pasaba con el matrimonio, con las grandes inversiones bancarias, con la costumbre en la edad adulta, pero la realidad es que pasa todo el tiempo y así ahora estoy segura que otro de mis objetivos es ir evadiendo las lineas de la costumbre tanto como me sea posible, pero entonces te das cuenta de que hay quienes, prefieren en definitiva seguir con esas líneas de la costumbre, poniendo barreras, cerrando su puerta y dejando en el aire la posibilidad de algún haber, algún haber que sin más se evaporó con el estridente sonido de la cerradura al bloquearse. ¿Porqué?. No tengo ni idea, supongo que de alguna manera también será lindo vivir en la costumbre, una costumbre que llena de alegría tus días y no te deja tiempo para reflexionar al respecto. Al final, no creo que sea culpa de nadie, simplemente son dos maneras de vivir y no puede haber más que una continuidad paralela entre ellas.
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