Por alguna razón Septiembre siempre es un mes importante, no porque cumpla años, porque empiece nuevos proyectos, porque conozca increíbles personas, porque me traiga magníficas aventuras, porque llegue el otoño, no no, aunque todo eso siempre tiene la posibilidad de suceder, pero Septiembre siempre termina siendo un mes importante porque está lleno de trabajo, lleno de tareas, de compromisos, de actividades, de interminables artículos por escribir, de exhaustivas tareas, de planeación, de llamadas rechazadas, de entrevistas canceladas, de frustración y de excesiva búsqueda acerca de un mismo tema.
Por eso es importante, creo, porque a pesar de que no sé si voy en la dirección correcta, ni sé siquiera si esto es lo que quiero hacer de mi vida, sé que este montón de trabajo pendiente me lo demostrará y me dejará eso en claro, responderá las dudas y si todo sale bien, como hasta ahora en la historia de los tiempos ha sucedido cuando alguien se apasiona por algo, entonces al final siempre será una buena historia que contar.
Y si uno tiene un poco más de suerte hasta habrá alguien, que el próximo septiembre le llame para decirle que todo ese esfuerzo valió la pena, que sí, que ese era el camino correcto a seguir y que las cosas sí resultaron en algo, porque al final las cosas siempre resultan en algo y sólo está en el trabajo de uno que ese algo sea de lo mejor, y para lograrlo, siempre tendremos a todo Septiembre y la locura que trae consigo.
Raconte Moi Une Historie- M83
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