viernes, 7 de noviembre de 2014

No sé si a ustedes les pase lo mismo.



(imagen de revoluciontrespuntocero.com)


No sé si a ustedes les pase lo mismo, pero escucho, veo, leo y no creo nada. Estoy tan escéptica de lo que sucede en mi país, que la mayor parte de las veces prefiero tratar de olvidarlo; por supuesto no es posible; lo llevó conmigo a donde voy.

Estoy a casi 4, 700 km de casa en línea recta. Y cada palabra, cada noticia, cada opinión, resuenan a lo largo de toda esa línea para llegar hasta aquí amplificados por la nostalgia, sí, pero también por la profunda conexión que todos quienes nacimos en esa tierra seguimos llevando en la sangre, en el alma. 

No vengo de un país donde todas las personas roban, matan, violan, mienten, olvidan. Por el contrario y afortunadamente vengo de un país que siente empatía por su sociedad. Vengo de una sociedad apasionada, trabajadora, alegre, que ama, que disfruta, que recuerda, que da. Y sin embargo, vive a la sombra de un gobierno degenerado, que se autoelige, que se autovalida, que se autodenomina a la vez inocente y a cargo de aclarar las atrocidades que suceden "bajo su mandato".

No sé si a ustedes les pase lo mismo, pero me enoja saber de un "presidente" que elige decir mi gobierno en lugar de México, de el país donde nací, de la sociedad de la que formo parte; y con la que debería sentir al menos un poco de empatía. 

¿No será que nos estamos olvidando de lo más importante?

¿Y todo el dolor?, ¿y toda la sangre que corre?, ¿y todas las familias incompletas que quedan?, ¿y toda la muerte, el crimen, el odio, el desprecio?, ¿a dónde van todos esos índices y todos esos números?, ¿a dónde van los muertos que contamos y los que nadie cuenta?, ¿a dónde van sus sueños, de los que hablamos y los que nadie recuerda ni reconoce?

Hay tantas versiones y tantas vidas diferentes y tantas realidades que componen a México, que no es que me duela, sino que no termino de entenderlo, no termino de entender todo lo que esto provoca en mi sociedad, en cada uno de nosotros y nosotras, en mi.

No sé si a ustedes les pase lo mismo, pero a veces quisiera cerrar los ojos y que todo esto desapareciera de nuestra realidad. Cerrar los ojos y que al abrirlos, todos ellos y todas ellas pudieran seguir con sus sueños, con sus vidas.


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